lunes, 18 de septiembre de 2017

Mi historia 12 – “La demora para recibir el Espíritu Santo”

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El pastor siempre buscaba el Espíritu Santo en las reuniones, y cierta vez mientras íbamos a evangelizar, una obrera comenzó a hablar sobre el tema.

Yo me interesaba, pero ni lo creía posible ¿Cómo algo tan Santo y Puro habitaría dentro de mi, tan falla y pecadora? ¿Cómo era posible hablar en lenguas extrañas como el pastor? Eso era algo realmente sobrenatural y con certeza para personas muy especiales ¿Cómo eso sucedería conmigo?

Aquí estaba la respuesta al porqué aún teniendo más de un año de Iglesia, ¡yo aún no era bautizada con el Espíritu Santo! ¡Simplemente porque yo no creía!

Cuando no creemos en algo ¿Cómo vamos a alcanzarlo? Yo sólo puedo recibir si yo creo; si no hay fe, no hay milagro.

Yo necesitaba entender cómo acontecería, cómo Dios lo haría, yo sólo necesitaba creer y dejar mis emociones de lado.

De una cosa yo estaba segura, yo necesitaba de un Salvador, sin El yo seguiría perdida. La Palabra era bien clara:



“Jesus respondió : De cierto, de cierto os digo, quien no naciere del agua y del Espíritu, no entrará en el reino de Dios.” Juan 3.5


De nada servía estar dentro de la Iglesia y seguir fuera del Reino de Dios. Yo ya me había bautizado en las aguas, pero yo no había nacido del Espíritu.

Cuando creí que era posible para todo aquel que cree, vi mi necesidad y me propuse a buscarlo con todas mis fuerzas.

Recuerdo que ayuné, ore, yo quería mostrar para Dios que lo quería de verdad y más que cualquier otra cosa.

En el verano de 1993 fuimos de campamento, en las vacaciones siempre íbamos con mis padres a algún lugar pero ese año fue diferente, yo no me iba a desviar de mi objetivo. Recuerdo que me despertaba todos los días a las seis de la mañana e iba a la playa aún desierta a buscar el Espíritu Santo solita.

El pastor realizaba una reunión todos los domingos a las dieciochos horas para obreros y candidatos, la cual yo participaba. En Septiembre en una de esas reuniones, mi respuesta llegó ¡Algo sobrenatural aconteció y yo recibí el Espíritu Santo! Una paz inmensa invadió mi ser, una alegría, una fuerza extraordinaria. A partir de aquel día yo tuve certeza de que Dios era conmigo, ¡ya no estaba más sola! ¡Que maravilla!

Esa era la mayor señal ¡la certeza!

Yo estaba tan feliz, me sentía súper poderosa jajaj.

Con el Espíritu Santo en mi vida todos los complejos acabaron, todos aquellos sentimientos negativos acerca de mí misma desaparecieron. Nunca más tuve “problemas” con mi cuerpo, ya no me sentía inferior a las demás personas. Mi interior fue transformado.

El deseo de servir a Dios nació, aquella joven que antes no quería ser obrera, ahora deseaba ser usada en Su Obra. Claro que ni imaginaba ser esposa de pastor, yo quería apenas servir como obrera y ayudar a las personas.

Además de participar los domingos por la mañana, yo continué participando en la reunión de las dieciocho horas ¡yo quería más!

En el próximo post hablare de cuando fui levantada a obrera. 


Y usted ¿ya fue bautizada con el Espíritu Santo? ¿Qué está haciendo al respecto?




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