viernes, 5 de agosto de 2016

El grito



Hola queridas, ¿todo bien? Hoy me gustaría empezar con una pregunta: ¿tú tienes un grito atravesado en la garganta? Este domingo mi esposo predicó algo muy interesante y me gustaría compartirlo con ustedes. Lean conmigo: “Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó Él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!” (Marcos 10:46-47)

Amigas, vamos a ver la situación de Bartimeo: él era ciego y mendigo, su vida estaba peor que la de casi todos, ¿no es cierto? Él también tenía un grito atravesado en la garganta, no aceptaba más aquella situación y cuando Bartimeo oyó hablar de Jesús, que curaba, que hacía milagros, etc,  vio allí una oportunidad. Noten que dice que percibiendo que una multitud pasaba, oyó (porque él era ciego pero no era sordo ja ja) que era Jesús y comenzó a clamar. Imagino la escena: un ciego gritando en medio de la multitud, tal vez mirando para el lado contrario, pero a él no le importó, comenzó a clamar para llamar la atención de Jesús. Pero lo que me sorprendió fue el hecho de que había en aquella muchedumbre personas sin ningún amor al prójimo, que lo queríán callar y lo reprendieron.
Ahora, esas personas deberían haber tenido un poco de misericordia y haberlo llevado al ciego hasta Jesús y no reprenderlo, ¿están de acuerdo? Pero Bartimeo no se preocupó por eso, él continuó usando su fe, creyendo que su voz sería oída por Jesús; él, literalmente ignoró a todos los que estaban a su alrededor y fijó su mirada en Jesús y nada más. Y Jesús viendo su fe, lo SALVÓ y lo curó. Muy fuerte, ¿no?

Pero Ju, ¿qué tiene que ver eso conmigo y mi grito? Amiga, tal vez tú estás en una situación así, donde solo Jesús puede ayudarte. Y ese grito está atravesado en tu garganta porque muchas personas y situaciones, usadas por el diablo, te hicieron callar. Tal vez, personas negativas, palabras de desánimo, o una situación difícil, te desanimaron y te quitaron la fe para clamar y enfrentar el problema. Hace unos días, hice una oración muy fuerte en casa porque Dios me mostró que tenía que indignarme con la situación y también debía clamar, y fue lo que hice. Clamé con todas mis fuerzas y  mi fe. Y cuando me levanté, lo hice con la certeza de que Jesús me oyó en aquel momento. El diablo quiere callarte, y por eso usa a personas o situaciones y no podemos dejarlo alcanzar su objetivo. Vamos a clamar más alto. Vamos a ignorar a las voces negativas. Vamos a ignorar a la multitud que no quiere que clamemos, ¡¡ pues nuestro testimonio va a callar a muchos mañana!! Pero para eso, tenemos que usar la fe, levantarnos de la postración, indignarnos con nuestra situación e ir a luchar, pues Dios es con nosotros y Jesús está listo para decirnos: “ ¿Qué quieres que haga?”. Amigas, esto es para vencer, cambiar tu historia. No permitas más que el diablo te calle, te intimide y robe tu fe. Tú puedes y vas a conquistar lo que precisas, basta que tú creas también, ahora es el momento de dar un grito de BASTA en esa situación.

Comparte con nosotros: ¿la multitud te hizo callar? ¿Has estado callada? ¿Quién te calló? ¿Y qué pretendes hacer a partir de ahora?

Ah… Este mes de agosto que acaba de comenzar será el mes de nuestra victoria, ¿amén? Kisses
Juliana Furucho

Traducido por: Milena Pignatta




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